TESTAMENTARIA (Will) David Nagle
Item
Rights
Permssion to publish from Archivo Nacional de Cuba
Publisher
University of Galway
Format
JPG
Type
Manuscript
Number of pages
73
Source
Archivo Nacional de Cuba ESCRIBANIA BIENES de DIFUNTO
Creator
Escribania Bienes de Difunto
Identifier
ANC_BD_319_5551
Date
1819-04-17
Surname
Nagle
Firstname
David
Title
TESTAMENTARIA (Will) David Nagle
Translator
Cristian Sanchez Gonzalez
Description
Donde aparecen las diligencias de la apertura del testamento que dejó David Nagle escrito cerrado, sellado y lacrado ante el Escribano, Ignacio Salinas, el 17 de abril de 1816. Nagle falleció en La Habana, sin descendientes ni ascendientes legítimos. Nagle nombra albaceas tenedores de bienes a Colin Mitchell y a Roberto Morrison sobrino de Mitchell. Nagle gira las deudas y los negocios de la Casa de Comercio, Gray & Fernández, a Colin Mitchell. Nagle otorga póstumamente la libertad a sus esclavos domésticos en la Habana
Where the proceedings appear for the opening of the will that David Nagle left, written closed, bound and sealed before the Notary Public, Ignacio Salinas, on April 17, 1816. Nagle died in Havana, without legitimate descendants or ascendants. Nagle appoints Colin Mitchell and Roberto Morrison, Mitchell's nephew, as executors. Nagle turns over the debts and business of the House of Commerce, Gray & Fernandez, to Colin Mitchell. Nagle posthumously frees his domestic slaves in Havana.
Language
Spanish
Abstract
26 de febrero de 1819. Habana. Antonio Requeyra, Defensor general de ausentes, informa que falleció naturalmente David Nagle, de Irlanda, sin descendientes ni ascendientes legítimos. Hizo su testamento cerrado por ante el Escribano público Ignacio Salinas que lo selló y lacró en 17 de abril de 1816. Isidro del Cristo, 20 años, vecino, soltero, escribano, otorgó que la firma es de su puño y letra, se halló presente a su otorgamiento con los testigos Manuel Soyé, Isidro del Cristo, Pedro Rodríguez, Francisco Gil, José María Contreras, Guillermo Riesch y Francisco Valerio. Firman David Nagle, Francisco Gil, Pedro Rodríguez, José María Contreras, Guillermo Riesch, Isidro del Cristo, Manuel María Soyé, Francisco Valerio, ante José de Salinas
17 de abril de 1816. Habana. Testamento. En el nombre de Dios y de la virgen María, David Nagle, natural del condado de Cork en Irlanda, católico, vecino del comercio de La Habana, de 65 años, hijo legítimo de Ricardo Nagle y de Isabel Henry, consortes, difuntos. Encomienda su alma a Dios y el cuerpo, a la tierra. Da la libertad a sus esclavos. Declara no haber sido casado. Declara como únicos y universales herederos a Mitchell y a Morrison y les encarga de sus bienes, deudas, derechos y de su Casa de Comercio, Grey y Fernández, en la Habana.
27 de febrero de 1816. Francisco Ignacio Rendón, Juez delegado a bienes de difuntos cita a Mitchell y a Morrison, para que decidan los particulares que se contienen y nombren interesados ausentes.
Noviembre de 1819. Puerto Príncipe. Juan Hernández de Alba, encargado del despacho del Juzgado General de Bienes de Difuntos de Puerto Príncipe, hace saber a Ignacio Rendón, oidor y delegado del Juzgado General de Bienes de Difuntos de la Habana, que en el testamento de Nagle, Mitchell, heredero fiduciario, debe manifestar al juzgado y bajo juramento que los encargos de Nagle fueron de palabra y sin disposición a favor de ausentes. Para beneficiar a otros no es necesario un testamento cerrado ni hay porqué reservarlo bajo sello de confianza absoluta como figura en el testamento. Tampoco para el remanente de Mitchell y Morrison quienes, como fideicomisarios, ejecutan lo comisionado. El testamento no limita a una cantidad determinada o parte de la herencia a otros herederos. Si Mitchell rehusara aparecer en el Juzgado expresa o tácitamente, se le pedirán inventarios y que se dé cuenta de los bienes de Nagle.
17 de febrero. El expediente permanece gravoso y perjudicial. No es regular que se mire con esta indiferencia lo dispuesto por la superioridad. No se puede permitir que las disposiciones del testador queden aventuradas a un éxito incierto y peligroso. Debe procederse precisamente a la inquisición o la efectuación de los inventarios, tasaciones y purificación de bienes. Suplico se sirva señalar día y hora en que deba comparecer Mitchelll a evacuar el acto pendiente, entendido que de lo contrario se hará cumplir la disposición del Juez General.
24 de febrero de 1820. Habana. Joaquín de Ponce señala la mañana del 28 de febrero para el acto. Mitchell manifestó que tiene que asistir a una junta de acreedores y le es imposible pasar este día a evacuar la diligencia.
11 de marzo, La Habana, el Juez delegado cita, por medio del Dependiente, Antonio Galea, a Mitchell. El 15 de marzo compareció Mitchell quien, examinando lo dispuesto, dijo que no es de extrañar la reserva del difunto Nagle siendo hombre del mayor secreto, que hablaba muy poco, por lo que otorgó su testamento sellado. Mitchell entregará a la familia del difunto Francisco de Soria, $3,500 pesos por la íntima amistad con el Sr. Soria y su viuda. A la viuda otra cantidad para que la repartiera entre los pobres que Nagle acostumbraba a auxiliar. Otra cantidad a José Eduardo Fernández, Capellán del Monasterio de Santa Catalina y confesor de Nagle, y al presbítero José Quiñones para repartir entre los pobres. Es de conocimiento público que Nagle era limosnero, caritativo, de corazón benéfico y de la más arreglada conducta cristiana. Mitchell manifestó que las disposiciones de Nagle no alcanzan a personas ausentes, ni hay fundamentos que indiquen duda. Como no consta que Nagle tuviese herederos forzosos o necesarios, aquí o ultramarinos, ni acreedores ausentes, se suspenderán las gestiones. Si aparecieran acreedores y, en lo sucesivo, alguno intentare tener derecho a la herencia, estará en aptitud de exigir una suma rigurosa. Galea suplica que se ignore por ahora este expediente, y que, previa la tasación de los costos que en él se han causado, y su pago por el propio Colin Mitchelll, se archive.
17 de abril de 1816. Habana. Testamento. En el nombre de Dios y de la virgen María, David Nagle, natural del condado de Cork en Irlanda, católico, vecino del comercio de La Habana, de 65 años, hijo legítimo de Ricardo Nagle y de Isabel Henry, consortes, difuntos. Encomienda su alma a Dios y el cuerpo, a la tierra. Da la libertad a sus esclavos. Declara no haber sido casado. Declara como únicos y universales herederos a Mitchell y a Morrison y les encarga de sus bienes, deudas, derechos y de su Casa de Comercio, Grey y Fernández, en la Habana.
27 de febrero de 1816. Francisco Ignacio Rendón, Juez delegado a bienes de difuntos cita a Mitchell y a Morrison, para que decidan los particulares que se contienen y nombren interesados ausentes.
Noviembre de 1819. Puerto Príncipe. Juan Hernández de Alba, encargado del despacho del Juzgado General de Bienes de Difuntos de Puerto Príncipe, hace saber a Ignacio Rendón, oidor y delegado del Juzgado General de Bienes de Difuntos de la Habana, que en el testamento de Nagle, Mitchell, heredero fiduciario, debe manifestar al juzgado y bajo juramento que los encargos de Nagle fueron de palabra y sin disposición a favor de ausentes. Para beneficiar a otros no es necesario un testamento cerrado ni hay porqué reservarlo bajo sello de confianza absoluta como figura en el testamento. Tampoco para el remanente de Mitchell y Morrison quienes, como fideicomisarios, ejecutan lo comisionado. El testamento no limita a una cantidad determinada o parte de la herencia a otros herederos. Si Mitchell rehusara aparecer en el Juzgado expresa o tácitamente, se le pedirán inventarios y que se dé cuenta de los bienes de Nagle.
17 de febrero. El expediente permanece gravoso y perjudicial. No es regular que se mire con esta indiferencia lo dispuesto por la superioridad. No se puede permitir que las disposiciones del testador queden aventuradas a un éxito incierto y peligroso. Debe procederse precisamente a la inquisición o la efectuación de los inventarios, tasaciones y purificación de bienes. Suplico se sirva señalar día y hora en que deba comparecer Mitchelll a evacuar el acto pendiente, entendido que de lo contrario se hará cumplir la disposición del Juez General.
24 de febrero de 1820. Habana. Joaquín de Ponce señala la mañana del 28 de febrero para el acto. Mitchell manifestó que tiene que asistir a una junta de acreedores y le es imposible pasar este día a evacuar la diligencia.
11 de marzo, La Habana, el Juez delegado cita, por medio del Dependiente, Antonio Galea, a Mitchell. El 15 de marzo compareció Mitchell quien, examinando lo dispuesto, dijo que no es de extrañar la reserva del difunto Nagle siendo hombre del mayor secreto, que hablaba muy poco, por lo que otorgó su testamento sellado. Mitchell entregará a la familia del difunto Francisco de Soria, $3,500 pesos por la íntima amistad con el Sr. Soria y su viuda. A la viuda otra cantidad para que la repartiera entre los pobres que Nagle acostumbraba a auxiliar. Otra cantidad a José Eduardo Fernández, Capellán del Monasterio de Santa Catalina y confesor de Nagle, y al presbítero José Quiñones para repartir entre los pobres. Es de conocimiento público que Nagle era limosnero, caritativo, de corazón benéfico y de la más arreglada conducta cristiana. Mitchell manifestó que las disposiciones de Nagle no alcanzan a personas ausentes, ni hay fundamentos que indiquen duda. Como no consta que Nagle tuviese herederos forzosos o necesarios, aquí o ultramarinos, ni acreedores ausentes, se suspenderán las gestiones. Si aparecieran acreedores y, en lo sucesivo, alguno intentare tener derecho a la herencia, estará en aptitud de exigir una suma rigurosa. Galea suplica que se ignore por ahora este expediente, y que, previa la tasación de los costos que en él se han causado, y su pago por el propio Colin Mitchelll, se archive.
February 26, 1819. Havana. Antonio Requeyra, General Defender of Absentees, informs that David Nagle, from Ireland, died naturally, without descendants or legitimate ascendants. He closed his will before the Notary Public Ignacio Salinas who sealed it on April 17, 1816.
Isidro del Cristo, 20 years old, neighbor, single, notary, granted that the signature is in his own handwriting, that he was present at its granting with the witnesses Manuel Soyé, Isidro del Cristo, Pedro Rodríguez, Francisco Gil, José María Contreras, Guillermo Riesch and Francisco Valerio. Signed by David Nagle, Francisco Gil, Pedro Rodríguez, José María Contreras, Guillermo Riesch, Isidro del Cristo, Manuel María Soyé, Francisco Valerio, before José de Salinas
April 17, 1816. Havana. Will. In the name of God and the Virgin Mary, David Nagle, a native of County Cork in Ireland, a Catholic, a resident of the Havana business, 65 years old, legitimate son of Ricardo Nagle and Isabel Henry, consorts, deceased. He commends his soul to God and his body to the earth. He frees his slaves. He declares not to have been married. He declares David Mitchell and Roberto Morrison as sole and universal heirs and entrusts them with his assets, debts, rights, and his House of Commerce, Gray y Fernández, in Havana.
February 27, 1816. Francisco Ignacio Rendón, Delegate Judge for the Deceased, summons Mitchell and Morrison, so that they decide the particulars that are contained and name absent interested parties.
November 1819. Puerto Príncipe. Juan Hernández de Alba, office of the General Court for the Deceased informs Ignacio Rendón, of the General Court for the Deceased in Havana, that in Nagle's will, Mitchell, as fiduciary heir, must state to the court and under oath that Nagle's orders were verbal and without disposition in favor of absentees. To benefit others, a closed will is not necessary, nor is it necessary to reserve it under the seal of absolute trust as it appears to be. Mitchell and Morrison, as trustees, execute the commission. The will does not limit other heirs to a certain amount or part of the inheritance. If Mitchell expressly or impliedly refuses to appear in court, he will be required to agree to an inventory accounting for Nagle's assets.
February 17th. The file, burdensome and damaging, since is not regular to treat with this indifference what is arranged by a Court. The dispositions of the testator cannot be allowed to risk an uncertain and dangerous success. Mitchel must proceed precisely to the inquisition or carry out of the inventories, appraisals and purification of goods. The court begs to indicate the day and time that Mitchelll must appear to evacuate the pending act, understanding that otherwise the disposition of the General Judge will be enforced.
February 24, 1820. Havana. Joaquín de Ponce indicates the morning of February 28 for the act. Mitchell stated that he has to attend a meeting of creditors and could not attend.
March 11, Havana, the Delegate Judge summons, Mitchel via his clerk, Antonio Galea. On March 15, Mitchell appeared and, examining the provisions, said that he was not surprised about Nagle´s secrecy, that he spoke little, reason for which he sealed his will. Mitchell will deliver $3,500 to the family of the late Francisco de Soria for their intimate friendship with Soria and his widow. To the widow another amount to distribute among the poor that Nagle used to help. Another amounts to José Eduardo Fernández, Chaplain of the Santa Catalina Monastery and Nagle´s confessonr, and to the priest José Quiñones to distribute among the poor. It was common knowledge that Nagle was charitable, good-hearted, and of the most well-intended Christian demeanor. Mitchell stated that Nagle's provisions do not extend to absentee persons, nor are there any grounds for doubt.
As there is no evidence that Nagle had forced or necessary heirs, here or overseas, or absent creditors, the proceedings will be suspended. If creditors appeared and, in the future, someone tried to claim the inheritance, they will be allowed to demand a rigorous sum. Galea begs that the proceedings be ignored for now, and that, prior to the appraisal of the costs that have been caused in it, and their payment by Mitchell himself, they be archived.
Isidro del Cristo, 20 years old, neighbor, single, notary, granted that the signature is in his own handwriting, that he was present at its granting with the witnesses Manuel Soyé, Isidro del Cristo, Pedro Rodríguez, Francisco Gil, José María Contreras, Guillermo Riesch and Francisco Valerio. Signed by David Nagle, Francisco Gil, Pedro Rodríguez, José María Contreras, Guillermo Riesch, Isidro del Cristo, Manuel María Soyé, Francisco Valerio, before José de Salinas
April 17, 1816. Havana. Will. In the name of God and the Virgin Mary, David Nagle, a native of County Cork in Ireland, a Catholic, a resident of the Havana business, 65 years old, legitimate son of Ricardo Nagle and Isabel Henry, consorts, deceased. He commends his soul to God and his body to the earth. He frees his slaves. He declares not to have been married. He declares David Mitchell and Roberto Morrison as sole and universal heirs and entrusts them with his assets, debts, rights, and his House of Commerce, Gray y Fernández, in Havana.
February 27, 1816. Francisco Ignacio Rendón, Delegate Judge for the Deceased, summons Mitchell and Morrison, so that they decide the particulars that are contained and name absent interested parties.
November 1819. Puerto Príncipe. Juan Hernández de Alba, office of the General Court for the Deceased informs Ignacio Rendón, of the General Court for the Deceased in Havana, that in Nagle's will, Mitchell, as fiduciary heir, must state to the court and under oath that Nagle's orders were verbal and without disposition in favor of absentees. To benefit others, a closed will is not necessary, nor is it necessary to reserve it under the seal of absolute trust as it appears to be. Mitchell and Morrison, as trustees, execute the commission. The will does not limit other heirs to a certain amount or part of the inheritance. If Mitchell expressly or impliedly refuses to appear in court, he will be required to agree to an inventory accounting for Nagle's assets.
February 17th. The file, burdensome and damaging, since is not regular to treat with this indifference what is arranged by a Court. The dispositions of the testator cannot be allowed to risk an uncertain and dangerous success. Mitchel must proceed precisely to the inquisition or carry out of the inventories, appraisals and purification of goods. The court begs to indicate the day and time that Mitchelll must appear to evacuate the pending act, understanding that otherwise the disposition of the General Judge will be enforced.
February 24, 1820. Havana. Joaquín de Ponce indicates the morning of February 28 for the act. Mitchell stated that he has to attend a meeting of creditors and could not attend.
March 11, Havana, the Delegate Judge summons, Mitchel via his clerk, Antonio Galea. On March 15, Mitchell appeared and, examining the provisions, said that he was not surprised about Nagle´s secrecy, that he spoke little, reason for which he sealed his will. Mitchell will deliver $3,500 to the family of the late Francisco de Soria for their intimate friendship with Soria and his widow. To the widow another amount to distribute among the poor that Nagle used to help. Another amounts to José Eduardo Fernández, Chaplain of the Santa Catalina Monastery and Nagle´s confessonr, and to the priest José Quiñones to distribute among the poor. It was common knowledge that Nagle was charitable, good-hearted, and of the most well-intended Christian demeanor. Mitchell stated that Nagle's provisions do not extend to absentee persons, nor are there any grounds for doubt.
As there is no evidence that Nagle had forced or necessary heirs, here or overseas, or absent creditors, the proceedings will be suspended. If creditors appeared and, in the future, someone tried to claim the inheritance, they will be allowed to demand a rigorous sum. Galea begs that the proceedings be ignored for now, and that, prior to the appraisal of the costs that have been caused in it, and their payment by Mitchell himself, they be archived.
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